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16 febrero, 2015

Fauna de América

Ahora que llevo unos días sin publicar nada por incomparecencia de temas interesantes, he pensado en la cantidad de fauna que he visto en el continente, y que antes jamás había visto a no ser que que fuera en un zoológico. Es un post para animalistas, que sé que hay muchos entre los que siguen el blog.

Voy a empezar por algo bien simple, pero que me sorprendió porque en mi vida lo había visto, ni siquiera en Vancouver. Fue en Chile, en el sur, y luego seguimos viéndolos durante toda la costa. ¡Pelícanos!.



Más tarde volví a verlos en México, Panamá, California,... pero aún me siguen sorprendiendo. Éste de abajo es muy guapo, en Matanchen, Nayarit.


En Chile también pude ver lobos marinos. Enormes lobos marinos, que se han acostumbrado a interactuar con los seres humanos en las playas y en los puertos. 


En la  antártica chilena encontré con Chod ñandúes. Algo más pequeños que la avestruz pero muy similares. Estaban en grandes grupos pero por dejadez al final solo pudimos fotografiar un par de ellos. 



También alli, al pie de las Torres del Paine, nos cruzamos con los guanacos, similar a la llama, más alta y sin tanta lana. Pasaban absolutamente de nuestra presencia.




En la Isla de Chiloe, también en Chile, Chodri y yo fuimos a ver pingüinos. Unos tipos muy simpáticos que estaban probando un nuevo motor para la zodiac nos llevaron a verlos. No pudimos desembarcar pero los vimos desde el bote. Lastima que las imágenes de los que nadaban a nuestro alrededor estén borrosas.


En Colombia y en Centroamérica encontré fauna fascinante. Quizá lo que más me llamó la atención fue el perezoso. Lo vi por primera vez en Cartagena de Indias, y tenía nombre, ¡Pepe!.


Posteriormente volvimos a encontrar otro en Costa Rica mucho más grande, pero igual de perezoso. Yo como depredador posible le acercaba la mano y el estiraba su garra y la posaba sobre mi mano. Yo no de que han sobrevivido estos bonachones.



También encontramos monos, iguanas, mapaches, caimanes,... El mapache lo dejo para el final, que le tengo mucho cariño. 



En México, en Nayarit, fue una orgía de bichos. Teníamos que ir con cuidado conduciendo de los cientos de iguanas y los miles de cangrejos de tierra que se nos cruzaban por la carretera. Vimos decenas de delfines con los que navegábamos, ballenas piloto,... Y cogimos una tortuga marina!. Luego la soltamos.




Y luego en el manglar de La Tobara, al lado del famoso Muelle de San Blas, los cocodrilos y caimanes los encontrábamos por doquier.



Otro tipo de fauna en México, es la fauna comestible. Se me ha antojado meterla en este post, al menos los chapulines, o saltamontes fritos muy sazonados, y el gusano del maguey. ¿Se os antojan?.



Y pasamos a Estados Unidos. En California pudimos ver focas en San Francisco, elefantes marinos en San Simeón, nutrias en Big Sur, leones marinos y focas en San Diego,...










Y llegando a Arizona nos cruzamos con un coyote. Después con un correcaminos. No es coña! Pero no hay fotos sniff 

Esta es una marmota de vientre amarillo en Yosemite.



British Columbia es lo mejor que me ha pasado. En mi primera visita tuve encuentros con 11 osos. Me llegaron a tener obsesionado. Todos osos negros menos un Grizzly muy jovencito en un pueblo fantasma de Alaska.




Dentro de Vancouver, cuando cae la noche, los mapaches en ordas van a buscar la comida de los cubos de basura de Stanley Park. Si te acercas a ellos te extienden la mano y la abren y la cierran con su pulgar prensil pidiéndote comida. Simpáticos, pero con muy mala leche entre ellos. 





Y el símbolo de Norteamérica. El águila calva o Bold Eagle!



13 febrero, 2015

Andrés carne de res. A rumbear.


Muchos de los españoles o turistas extranjeros lo conocéis. Es un local fabuloso. Básicamente un restaurante de animación, con una carta infinita que ni miré, donde se come bastante bien, especialistas en carnes, pero lo último que importa es la comida.















































El local en si es un espectáculo. Cinco plantas cada cual con su nombre donde subes del infierno al cielo pasando por la tierra, el remanso y el purgatorio. Cada mesa tiene un nombre dentro de un corazón con alas. Los nombres son fantásticos, sardina, Idilio, Che,...
























¡Claro!, hay que dar de comer a toda la gente que entra en 5 plantas. No se cuantas cocinas hay pero pude grabar esta en la que no había menos de 30 cocineros. ¡Que estrés!.



Música en directo, cojonuda, sonaban fantástico. Y si quieres, te levantas de la mesa y te pones a bailar. Una vez que termina el servicio de cenas apartan las mesas y se vuelve bar de copas y baile.




La compañía fantástica, Ana nos llevó y nos invitó a la que ha sido hasta hoy la noche más divertida en Colombia. Muchas gracias. Yo repito...¡hoy mismo!


11 febrero, 2015

Colombia, paraíso de la fruta.

Ya llevo casi una semana en Colombia y voy a empezar con algunas entradas gastronómicas. Y creo que es obligado darle protagonismo y prioridad a lo que hasta ahora me ha parecido más llamativo por su variedad, colorido y novedad. Frutas, verduras y tubérculos.


De los que os voy a mostrar no todos son desconocidos para mi. Algunos ya los había visto en puestos callejeros en otros viajes a zonas tropicales pero nunca los he probado. Recuerdo las guanabanas en las carreteras de Nayarit sin tener la más mínima idea de eran esos "melones extraños con pinchitos".



Otros no los había visto en la vida.





























Luego está el caso de nuestras frutas que aquí tienen un aspecto completamente diferente. Sandías zepelín, mandarinas verdes del tamaño de un pomelo,..





Otros ya se han "instalado" en España en los últimos años, como la yuca, mangos, mangas, maracuyá o papayas,...



























Y algunos muy desconocidos ya los he utilizado yo para mis recetas de ceviches, como el lulo, el tamarillo o la granadilla.










Hay una cosa que me fascina en general, y son los puestos callejeros de comida que inundan las calles de las ciudades de Latinoamérica. Un día les dedicaré un post. En Bogotá no faltan de estos puestos donde sirven todo tipo de comidas, y por supuesto, como hacía en México, comprar un mango recién cortado en un vaso para comérselo cómodamente a media mañana, es una delicia.





Y anoche me preparé un bol con fresas, que son más parecidas en su forma a los madroños pero su aroma y sabor recuerdan mucho a la fresa de Aranjuez, con pulpa de mango que te la preparan en bolsitas para llevar. ¡Delicioso!.