
¿Y yo como cuento esto?.
En fin, unos amigos de unos amigos nos han acogido en su casa en Pucón, y claro, para compensar tanta hospitalidad intenté echar una manita y decidí que cortar leña no sería tan dificil. Agarré el hacha, cogí unos troncos, me saparé prudentemente para no joder nada y empezé. Pues bien, al segundo hachazo partí un tronco en dos y con mi superfuerza la hoja se hundió en la tierra de donde inesperadamente comenzó a brotar agua. Una terma!! He descubierto una terma!!.... Me cargué la tubería que abastecía de agua la finca. No es coña.
El esperpento continuó un par de horas intentando, entre Chodri y yo, que aquello no se inundara.
De momento no nos han echado, y eso que el agua sigue saliendo a chorro.