Translate

26 marzo, 2015

Mi pequeña bodega en Bogotá

Decir que esto es una bodega es una chorrada como un templo, pero al precio que está el vino en Colombia esto que tenemos es casi un tesoro.


Esta pequeña ausencia logística que he tenido al menos ha servido para surtirnos de productos indispensables para el Homo Ibericus como son: jamón, conservas, chorizo y salchichón ibericos, bonito, arroz bomba, azafrán, carne de pimiento choricero, pimentón de la Vera, anchoas de santoña, sobrasada... Y muuuucho vino.

Y entonces aquí viene el apartado de agradecimientos: Maite y Fernando por sus vinos y jamon, y hacer de contrabandistas en la primera partida. Mi tía Ana y mi tío Antonio, por el bonito, el jamón, el chorizo, el salchichón,... A Sandra por los espectaculares vinos Riesling que nos trajo de Alemania. Y a los agentes de la Aduana del aeropuerto de Bogotá por su inestimable colaboración al no observar mi cara de llevar medio guijuelo en la maleta. ¡Incluso mi caminar era trote cochinero!.
¡Gracias a todos!

2 comentarios:

antoñito carretero dijo...

Esta bién y bonita, pero hay que renovarla de vez en cuando, y para eso hay que celebrarlo y irselos bebiendo con sus aperitivos correspondientes, yo tengo repuestos de casi todo

Unknown dijo...

Un poquito de España "embotellada"...

Un abrazo