Es un lugar increíble. Posiblemente no hay nada que produzca mayor sensación de inmensidad. También produce emoción, paz, curiosidad. La siguiente vez que volvamos el objetivo es bajar y navegar por el río Colorado.
Y no hay mejor manera de recorrerlo que en bicicleta! Eso si, intentar hacer el regreso en autobús, que el autobusero se haga el longuis y no nos quiera llevar, y luego joderle sin dejarle adelantarnos por el camino de vuelta a 5km/h, no tiene precio! Jajaja
En la foto de abajo, con esfuerzo, se ve a Cristobal y Chus.
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